En la primer imagen, me tengo a mi mismo con mis ojos cerrados, sin mostrar nada de más, porque nada sobra hoy en este año 2014. Mi cara, mi aspecto, mis pestañas casi dibujadas sin un degradé y solo volviéndose más delgadas lejos de cualquier concepto de hombre normal establecido, me hicieron pensar en la finalización de un estado, de un proceso tedioso para recomponer el alma.
¿y qué es lo que hay en el alma? Yo no lo sé, porque tengo la mía en forma y en escencia, y está intacta. Soy un sobreprotector de almas cuando me dan razones para hacerlo.
Más abajo, hay abrazo. Y no es cualquier abrazo, porque es un abrazo teñido de Rojo Karma, de Rojo Bermellón. Es el rojo que representa la piel.
Aún más abajo todavía, está la funda del Sintetizador. Bello instrumento, pero también muy bello lo que había en su interior: dos fotos hermosas de la casa en donde las palabras se fueron y vinieron solas, la casa que todo lo guarda, la casa colorida, llena de verde y azul y celeste y sol. Ese lugar tenía muchísimo sol todo el año y yo supe disfrutarlo. Era mi lugar. Fué el lugar en donde todo marcó un buen punto de inflexión creativo a nivel corazón, lleno de paz.
Hay un micrófono, porque también me gusta jugar con algunos sonidos. Dos discos de +++Farmacia+++ y algunos cables escenciales. Sin ellos, no se escucharía nada.
La última imagen tiene una de las plantas de Violeta, que gracias a un proceso de re-iluminación en tiempo récord y usando el flash de la cámara del teléfono celular, brilló a tal punto que parece una foto de 1980.
No quiero llegar a mis 30 años en un tiempo más y darme cuenta que realmente me la paso dando pasos en contra de todo. No puedo sostener todo. No quiero. Y estas últimas caminatas mentales me hicieron ver claramente en que si no sigo mis deseos, voy a defraudar al alma que está atrapada dentro de la planta de Violeta, dentro de la funda del Sintetizador, sobre el pecho literal del Abrazo Bermellón y sobre mis pestañas, sobre mi cara y sobre quién soy yo en el mundo real. No hay fantasías. Esto es la pura realidad, y ya no es aparente. Ya no es aparente porque esperé este 2014 más de la mitad de la edad del Sintetizador y la esperé lleno de dudas y silencios.
Nunca dejé ni voy a dejar de hacer música. De interpretar música. De cerrar los ojos como en esa fotografía y dar ese Abrazo Rojo Karma del que tanto hablo sin que nadie más se ponga al corriente.
Así se hace.-
vkm.-*
