Friday, November 30, 2012

Wednesday, November 14, 2012

MALBA*

No voy a perder el tiempo en idioteces en contra de las personas que, gracias a mi cinta roja, logré correr de mi camino.

Dije una verdad y todo cambió. Dije dos verdades y me llené de gracia. Dije 3 verdades y fuí más felíz que ayer.

En realidad, todo esto fué porque esa mañana me desperté cansado de tener que escaparme de la gente, de las personas, de mi mísmo y de mis problemas.

Me puse mi cinta roja sobre la muñeca derecha, me miré al espejo, me vi bien, me ví con un hilo de esperanza total a que "todo iba a estar mejor para mí".

Y en menos de 2 semanas empezó a mejorar. Del todo.

Me hablaron de un viaje muy lejos. Simplemente puede llegar a suceder que esas profecías estén por cumplirse.

Visité un museo al que quería ir hace muchos años y no podía, y tampoco me animaba a visitarlo yo solo. Pero vibré. Ví. Olí. Disfruté cada paso.

Me envolví en un gran secreto del cual ni mis mejores amigos podrían escaparse. Pero fué el tiempo el que quiso que se desate la ira nuevamente. Intenté varias soluciones a problemas cotidianos, por eso me refugié.

No funcionó nada. Celosía y rabia de una mujer que no lograba entender las prioridades del otro. Pero claro... siempre había que estar al pié de la raya con las suyas!

Soy quien quiero ser. Gracias* Sin mencionar las gracias a quién.