Todo florece.
Ruptura inminente de ideas que anclaban.
Ruptura inminente de ideas que anclaban.
Tuesday, November 22, 2016
Sunday, November 6, 2016
KARMA & KRONOS al servicio del tiempo
Hace algunas semanas llegué por primera vez a un estado de aceptación total de lo que tanto me hace tomar ciertas desiciones: la música.
Pero cuando uno dice "la música" surge la masa de personas que no ven detalles, no conocen procesos ni saben de que se trata... o solo gustan de la música que simplemente suena porque suena en todos lados y porque el vecino la escucha fuerte en sus dispositivos.
Mientras escribo esto, el tecladista de Sonata Arctica está tocando con la tecnología que me cambió la vida: KARMA.
Pero KARMA no es solo un sintetizador o una simple forma de tocar música en un teclado, sino que además es un color. Hasta tengo 2 jeans color KARMA. Van conmigo, son yo mismo en este presente tan raro donde solo ansío estar conmigo mismo y no compartir con nadie, auque viva ya con alguien y espere el momento de las rupturas en secuencia hasta salir un domingo a la mañana solo a mi balcón. Sin más.
Entonces, llegué hace unas semanas a un escenario, pero acompañado, porque serían estas las puertas que se abren. No quiero un nombre de fantasía que no sea el que ya tengo. O simplemente Leandro y ya.
Soy un anticuado. Un "viejito" diría alguien, y con mucha razón. Aun guardo información en diskettes, porque va con mi espíritu esto de conservar en MODE-Fury.
Soy felíz con mis instrumentos. Soy felíz mirando hacia la ventana, aspirando calor del asfalto, no necesito más. Puedo recordar, puedo extrañar risas, momentos gratos con muchas personas, pero descubro todos los días que a mis 30 años me cansé de incluir.
Y por si fuera poco, me perdonan, perdoné y dejé las cosas equilibradas. En cierta forma.
Me llamo a silencio en el amor. Ya no deseo amor, ni proyectar, porque estoy absolutamente descompuesto.
Me consuela seguir viajando a mi nuevo trabajo a Once, tomar tren, subte, algún colectivo a veces, sentir calor, ruido, olores, mugre por ahí, todo lo que inspira, colores fuertes de las publicidades, y seguir pidiendo al espacio que me quite lo antes posible del camino de personas a quien no quiero más porque son un ancla que me hunde todos los días un poco más. En todo nivel. A toda profundidad.
Seré como el agua que corre. Soy como el agua que corre. Pero la tierra es mi lugar.
El broche de oro, sería este: irónicamente trabajo en una empresa que vende productos para bebés. Y disparo con las mejores ideas, las más creativas para llegar a la gente, el logo es naranja tal cual me gusta, estoy tranquilo y una vez más ir a trabajar me sirve para escaparme de lo que no quiero. Hasta el día en que lo diga y todo se termine de disolver.
En todo lo demás, aquí me sigo parando para ver más allá. Pensando en silencio. En todas las cosas y en todas las personas y en que será de ellas. Pero nadie sabe nada. Y así está bien para mí.
Se trata de burbujas personales y refugios. Excusas. Formas de irse de ahí y de allá.
vkm.-*
Pero cuando uno dice "la música" surge la masa de personas que no ven detalles, no conocen procesos ni saben de que se trata... o solo gustan de la música que simplemente suena porque suena en todos lados y porque el vecino la escucha fuerte en sus dispositivos.
Mientras escribo esto, el tecladista de Sonata Arctica está tocando con la tecnología que me cambió la vida: KARMA.
Pero KARMA no es solo un sintetizador o una simple forma de tocar música en un teclado, sino que además es un color. Hasta tengo 2 jeans color KARMA. Van conmigo, son yo mismo en este presente tan raro donde solo ansío estar conmigo mismo y no compartir con nadie, auque viva ya con alguien y espere el momento de las rupturas en secuencia hasta salir un domingo a la mañana solo a mi balcón. Sin más.
Entonces, llegué hace unas semanas a un escenario, pero acompañado, porque serían estas las puertas que se abren. No quiero un nombre de fantasía que no sea el que ya tengo. O simplemente Leandro y ya.
Soy un anticuado. Un "viejito" diría alguien, y con mucha razón. Aun guardo información en diskettes, porque va con mi espíritu esto de conservar en MODE-Fury.
Soy felíz con mis instrumentos. Soy felíz mirando hacia la ventana, aspirando calor del asfalto, no necesito más. Puedo recordar, puedo extrañar risas, momentos gratos con muchas personas, pero descubro todos los días que a mis 30 años me cansé de incluir.
Y por si fuera poco, me perdonan, perdoné y dejé las cosas equilibradas. En cierta forma.
Me llamo a silencio en el amor. Ya no deseo amor, ni proyectar, porque estoy absolutamente descompuesto.
Me consuela seguir viajando a mi nuevo trabajo a Once, tomar tren, subte, algún colectivo a veces, sentir calor, ruido, olores, mugre por ahí, todo lo que inspira, colores fuertes de las publicidades, y seguir pidiendo al espacio que me quite lo antes posible del camino de personas a quien no quiero más porque son un ancla que me hunde todos los días un poco más. En todo nivel. A toda profundidad.
Seré como el agua que corre. Soy como el agua que corre. Pero la tierra es mi lugar.
El broche de oro, sería este: irónicamente trabajo en una empresa que vende productos para bebés. Y disparo con las mejores ideas, las más creativas para llegar a la gente, el logo es naranja tal cual me gusta, estoy tranquilo y una vez más ir a trabajar me sirve para escaparme de lo que no quiero. Hasta el día en que lo diga y todo se termine de disolver.
En todo lo demás, aquí me sigo parando para ver más allá. Pensando en silencio. En todas las cosas y en todas las personas y en que será de ellas. Pero nadie sabe nada. Y así está bien para mí.
Se trata de burbujas personales y refugios. Excusas. Formas de irse de ahí y de allá.
vkm.-*
