Monday, April 18, 2016

· El inminente regreso del chico que sabía amar a las mujeres ·

No hay delirios de grandeza en esto. No hay robots que, según "Chico Ninguno", midan la velocidad de lo que me está pasando, ni lo que le puede estar pasando a otras personas. Ni si quiera las cercanas a mí.

Hablando de cercanías, el que no se acerca soy yo. El que todo el tiempo espera tirar todo por la borda siempre soy yo, y no porque algo me vuelva inestable, sino porque ya atravesé mucho, y ya me atravesó de todo. Es hora de decir basta y parar con todo esto.

Hay un sabor amargo que no me lo va a sacar ningún beso: el desamor. Y de eso se trata Standard. Standard habla de un puñado de canciones sobre el desamor que nos toca vivir a todos alguna vez. Lo padecimos, lo soportamos, lo provocamos y hasta lo hablamos por el altavóz que es nuestra alma cansada de las decepciones del corazón.

En mi cabeza solo resuena la idea de despertarme un día y no estar más. De estar muerto pero enserio. No puedo creer que lleguemos a los 30 años de vida y estemos tan llenos de problemas por todos lados. Todo es un gran problema. Vivir se convirtió en un problema que no puedo resolver porque se la pasan diciéndome que "tengo que dejar atrás los sueños que no son míos."

Bien, vamos de a una cosa a la vez.

Yo tuve 3 primeros sueños: la primer novia, la tuve. Pero durante ese lapsus, se me cruzó otro sueño a mis 18 años, y soñé un Korg™TRITON Classic, que no se fabricaba más, que no entraba más al país y que había sido firmemente reemplazado por mi amado "TR". Hermosa máquina. Brillante. Y yo brillé con ella.



Mi segundo sueño era Buenos Aires, y lo cumplí. Pero en medio de ese sueño, apareció en mi cabeza aquel sintetizador color ladrillo oscuro, un KORG™ K.A.R.M.A. (Kay Algorythmic Realtime Music Architecture) que tampoco se fabricaba más, tampoco entraba al país y tampoco podía comprar. Así que poco a poco se me fué yendo de la cabeza, porque las computadoras ocuparon su lugar. Mi vida en la ciudad se volvió conflictiva, pero tenía trabajo. Agitada por el trabajo, pero tenía techo. Siempre te decían ese "pero" que te obligaba a quedarte callado y no decir más nada. Hasta que...

Mi tercer sueño era poder comprarme algún día la máquina del tiempo, la máquina máxima que resumía 50 años de música electrónica en un solo paquete de chips, integrados, botones, teclas y es (lo es) un peso pesado en la industria de la producción y composición musical: mi KORG™ KRONOS; sintetizador-madre que tengo. Pero algo pasó. Algo muy malo pasó.

Lo malo pasó. Pero estoy en la misma. Mis sueños están lejos, no están conmigo, y la culpa no es mía. Si hablamos de valor, si, tuve bastante valor para denunciar a los cuatro vientos las cosas que antes me callaba, y seguí peleando contra la corriente. Y terminé perdiendolo todo.

Ahora estamos así: hay ilusiones requetecontra re perdidas, ya no se viven igual. Hay momentos donde prefiero estar solo y pensar solo en mí (egoísmo inducido). Hay lapsos en donde me siento a gusto en el trabajo y otros momentos perdidos donde no se que hago en Buenos Aires... no se realmente que estoy pensando o contra que boludéz social de "hace esto y aquello" estoy arremetiendo si no tengo las herramientas... mi equipaje es una caja con ropa (la mitad no la puedo usar porque... no me entra bien) y la otra mitad la tengo que mandar a lavar... y ahora descubro muy adentro mío que por varios factores que no dependían de mí, esto no hubiera ni pasado.

Tengo el pelo hecho una mierda. Soy un desastre. No soy digno ni de que me inviten un café.

¿tan bajo caí?

vf.-*